Detrás de bolsas de arena, alambres de púas y placas metálicas, los soldados se observaban unos a otros a través de la tierra de nadie. En los momentos tranquilos, la guerra en las trincheras era una de desgaste y acoso. Los francotiradores y los tiradores de élite buscaban constantemente a los soldados negligentes que asomaban la cabeza el tiempo suficiente sobre los parapetos. Algunas trincheras de la vanguardia estaban a corta distancia unas de las otras y los soldados se bombardeaban entre sí con explosivos lanzados con pequeñas catapultas o disparaban con morteros de trinchera y lanzadores de minas. Las trincheras alemanas eran especialmente sofisticadas, reforzadas con refugios profundos y búnkeres de cemento, eran un escondite seguro para su infantería contra los fuertes bombardeos del enemigo. Construidas en estrechas formaciones en zigzag para protegerse de la metralla y las granadas, las trincheras de reserva y comunicaciones conectaban entre sí emplazamientos de ametralladoras y fortines de granadas.
Cuando el frente entraba en acción, también lo hacía la vida en las tricheras. Los repentinos bombardeos querían decir que venía un ataque y los defensores salían rápidamente de los refugios y búnkeres tan pronto se detenía el bombardeo y sacaban sus ametralladoras y rifles. Si los atacantes lograban pasar las líneas, a continuación, se daba un brutal combate a corta distancia. Sin lugar para maniobrar, los soldados tenían que pararse en los cuerpos mutilados de muertos y heridos. Las líneas en zigzag proporcionaban suficiente cobertura para usar rifles y granadas a corta distancia, y morían escuadrones enteros en instantes debido a las tormentas de acero que bañaban las estrechas excavaciones.
Ataca Trincheras
La información sobre la identidad y fuerza del enemigo al otro lado del campo de batalla era crucial para los oficiales al mando, y constantemente se enviaban grupos de asalto a trincheras para apoderarse de información y prisioneros. Esos fueron los primeros escuadrones de infantería que trabajaban en equipo y donde cada quien tenía una tarea específica. Algunos hombres solo cargaban rifles y municion mientras que otros cargaban grandes sacos con granadas, o utilizaban cortadores de valias para abrir espacios en el alambre de púas del enemigo. Durante la oscuridad de la noche, estas patrullas de combate se escabullían por tierra de nadie. Una vez que el alambre era cortado, procedían a acabar con los guardias y ponerse en posición. Luego se desataba el infierno mientras los soldados lanzaban decenas de granadas a las trincheras y refugios, causando el mayor daño y confusión posible mientras sus compañeros usaban los garrotes y navajas luchando ferozmente cuerpo a cuerpo. En la confusión, se llevaban a los soldados aterrorizados como prisioneros de vuelta a sus líneas. Era un trabajo peligroso y muchos asaltos a trincheras fallaron gracias a puestos de vigía o centinelas atentos.
Uno de los asaltos a trincheras más famosos fue el del 12° Regimiento de East Surrey, que atacaron una trinchera alemana conocida como "el fuerte". Bombardearon exitosamente los nidos de ametralladoras y mataron a los soldados, dejando solamente una mancha negra con forma de mano en el campo. Ese asalto fue conocido como el asalto de la mano negra, y ese rápidamente se convirtió en el apodo de misiones de asalto de alto riesgo.
Mensajeros de las trincheras
Los mensajeros de la Gran guerra, corriendo a lo largo de las trincheras en peligro constante. Los mensajeros de las trincheras entregaban mensajes de un puesto de comando a otro si las líneas de comunicación eran destruidas o si una unidad quedaba aislada.
A menudo trabajando en parejas, memorizaban cada ruta en las trincheras y hasta el mínimo detalle de sus secciones para moverse tan rápido como podían. Los mensajeros se familiarizaban a tal grado con el sistema de trincheras que podían dirigir a un grupo de soldados nuevos con seguridad a través del laberinto de trincheras y refugios a las líneas de avanzada bajo el manto de la noche.
Para hacer eficazmente su trabajo, eran entrenados en reconocimiento y encriptación, estaban bien fisica y mentalmente y eran confiables, también eran capaces de usar todos los medios de comunicación, incluyendo el manejo de las palomas mensajeras.
Alcohol en las trincheras
La presencia de alcohol en las trincheras del frente occidental era tan segura como las ratas, barro y enfermedades. El soldado británico que luchaba en el frente disfrutaba de una ración diaria de ron que era de 70 ml o 2,5 onzas líquidas por hombre. A los soldados que luchan en las líneas del frente se les da esta ración diariamente y se les da dos veces por semana a los que están detrás de las líneas del frente. Los oficiales al mando astutos sabían cómo utilizar el ron como una herramienta de motivación eficaz, dando a menudo a los hombres que se embarcaban en tareas particularmente peligrosas una doble ración para mantener su valor. Una vez que Rusia comenzó a movilizarse para la guerra, el zar Nicolás II prohibió la venta y el uso de vodka. Una gran influencia en esta decisión fue el comportamiento vergonzoso y la falta de disciplina mostrada por los soldados rusos borrachos durante la guerra ruso-japonesa de 1904-1905. La idea de que los soldados borrachos avanzaran con dificultad en la movilización debió ser un pensamiento aterrador para el zar, pero la prohibición no estaba exenta de problemas, ya que una importante pérdida de ingresos fiscales jugó un papel importante. Por otro lado, Francia, aliada de Rusia, mostraría una actitud más relajada hacia el consumo de alcohol en el ejército. Si bien los soldados franceses inicialmente solo disfrutaron del agua en 1914, el ejército comenzó a emitir una ración diaria de vino en septiembre de ese mismo año. Pero el más famoso de ellos era el Pinard. Un vino de baja calidad, pero amado por las tropas de todos modos. Una ración diaria de vino Pinard para el soldado francés consistía en 250 ml o 8.5 onzas líquidas al día, pero esto aumentaría con el tiempo a medida que se intensificaran las batallas en el frente. Para soldados y oficiales por igual,
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