sábado, 20 de octubre de 2018

El Juicio de Osiris


A pesar de que este momento se conoce como "Juicio de Osiris", en realidad eran varias las divinidades que tomaban parte en él. Y el primero era, por supuesto, Anubis. Anubis era el guardián y maestro de las necrópolis, además de patrón de los embalsamadores. Se le representaba como un gran cánido negro tendido sobre su estómago, o como un hombre con cabeza de chacal. De hecho su nombre original, Inpu, significa "chacal". El motivo por el que se decidió encarnar a Anubis en un chacal es seguramente porque la mayor actividad de estos animales ocurre durante el crepúsculo. De acuerdo a las tradiciones espirituales de buena parte del mundo, es en este momento del día (junto con el amanecer) que el tránsito entre este mundo y el Más Allá es más fácil. Aparte de ser el guardián de las sepulturas, Anubis era el encargado de guiar a los muertos al Más Allá. Es decir, es un dios psicopompo, o transportador de almas. 



 Después de la muerte de una persona, su cuerpo será momificado por el dios chacal. ¿Por qué? Los egipcios llamaban al cuerpo dyet, y para ellos era inerte, un simple trozo de materia. Sin embargo, servía de soporte físico para los demás elementos que componen al hombre, por lo que debía ser momificado para asegurar su incorruptibilidad. De esa manera se garantizaba que continuase existiendo, incluso después de la muerte. Tras la momificación y en un territorio conocido como la Duat, Anubis imponía sus manos a los difuntos para quitarles mágicamente el corazón (ib), considerado la sede de los pensamientos y las emociones. Acompañado de la encarnación espiritual del difunto, tal vez el denominado sahu (no he encontrado referencias claras para esto), Anubis colocaba el corazón del difunto en uno de los platillos de una balanza. En el otro platillo, situaba la pluma de Maat, la diosa primigenia de la Verdad y Justicia Universal. Entonces, un jurado compuesto por dioses formulaba preguntas al espíritu del difunto acerca de su conducta pasada, y dependiendo de las respuestas el corazón aumentaba o disminuía de peso. Thot, el dios de la sabiduría, la música, la magia, el tiempo y la escritura; anota los resultados como escriba y se los entrega a Osiris, que sentado en su trono está acompañado de Maat y de su esposa Isis.

Al final del juicio, Osiris dictaba sentencia. Si era positiva, el Ka (fuerza vital) y el Ba (fuerza anímica) podían ir a encontrarse con la momia, formar el Aj (el "ser benéfico") y vivir eternamente en los campos de Aaru (el Paraíso de la mitología egipcia). Por el contrario, si el veredicto era negativo, su Ib era arrojado a Ammyt, "la devoradora de los muertos" (una deidad con cabeza de cocodrilo, torso y melena de león y abdomen y piernas de hipopótamo), que acababa con él. Esto se denominaba "la segunda muerte" y suponía para el difunto el fin de su condición de inmortal, esa persona dejaba de existir para la historia de Egipto. Por eso, para los egipcios, no había nada en el universo más terrorífico que Ammyt.



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