sábado, 27 de octubre de 2018

Los Gatos en Egipto


¿Alguna vez te generó curiosidad saber por qué los egipcios le daban tanta importancia a los gatos? Pues lo cierto es que los animales siempre fueron importantes para los egipcios. Solo habria que ver a sus dioses, mencionados en la entrada anterior. Pero ¿porque los gatos?

Y es que el gato negro ha sido considerado desde el inicio de los tiempos como un animal mágico. En Egipto se les consideraba animales sagrados, ya que estaban vinculados con el culto a la diosa Bastet.  



Representación de la diosa Bastet, o Bast. Su misión es proteger el hogar y simboliza la alegría de vivir, ya que se considera la deidad de la armonía y la felicidad

Lo cierto es que los egipcios fueron la población que más compatibilizó con estos animales, incluso fue la primera que los domesticó. Al ser una representación de los dioses, convirtieron al gato en una especie de semiDiós que no podía ser propiedad de ningún humano; solo el faraón tenía el honor de poseer y domesticar a esta criatura sagrada. Por lo tanto, los gatos estaban bajo protección real, teniendo una ley que prohibía que se vendieran, lastimara o matara a cualquier gato. ¿Sabes cuál era el castigo para aquel que osaba matar a uno? ¡La muerte! 

Aunque no se conoce el momento exacto en el que los egipcios comenzaron a domesticarlos, se cree que fue alrededor del 2000 A.C . Los egipcios llevaban a sus gatos como animales de compañía a cazar. También se hacían estatuas y se colocaban fuera de los hogares para proteger a los habitantes de los espíritus malignos. 



Un Curioso Caso

Egipto cayó en manos de persia por los gatos. Además de la superioridad del ejército persa y de la bisoñez del faraón, en la batalla también tuvo que ver el hecho de que los egipcios consideraban a los gatos como manifestaciones de la diosa Bastet y, por tanto, eran sagrados. Los persas añadieron a su habitual equipo de campaña todos los gatos que pudieron capturar. Los egipcios tuvieron que luchar evitando dañar a los gatos. Tras una desigual lucha, los egipcios se refugiaron en Pelusio. Una vez sitiada la ciudad, Cambises siguió con aplicando la misma estrategia felina: arrojaron los gatos hacia la fortaleza obligando a los arqueros egipcios a disparar con demasiado cuidado.






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