Sin embargo, esto no evito que múltiples extranjeros se acercaran a Chile para explorar las zonas que el gobierno buscaba conocer, debido a que no habían sido sometidas de forma efectiva.
Las Misiones Científicas:
Impregnados del espíritu científico del siglo XIX, naturalistas y exploradores europeos llegaron a América a conocer su geografía, sociedad y naturaleza. Sus investigaciones tuvieron un importante papel en el reconocimiento geográfico y la construcción de las identidades nacionales. En Chile, este tipo de trabajos se desarrollo principalmente gracias a:
EL IMPULSO ESTATAL.
Junto con la consolidación de la república, hubo un ímpetu por conocer las características físicas y riquezas que poseía el territorio chileno. Una de las iniciativas fue la contratación de científicos extranjeros, entre los que destacaron:
- Claudio Gay. Naturalista francés que en 1830 firmo un contrato con el Estado chileno para explorar el territorio y hacer un catastro de sus especies naturales, entre otros requerimientos.
- Ignacio Domeyko. Científico polaco que fue contratado por el Estado para asumir la cátedra de química y minerología en el Liceo de Coquimbo. Se intereso por descubrir las riquezas minerales y las características geográficas del territorio, para lo cual realizó expediciones de exploración.
- Rodulfo Philippi. Cirujano y naturalista alemán que asumió la cátedra de botánica y zoología en la Universidad de Chile. Complemento la docencia con exploraciones científicas.
La ocupación en el sur de Chile.
La territorialización y desterritorialización propios de un proceso de organización territorial impactan a las personas y comunidades que los habitan. En el caso chileno, esto implico poblar territorios prácticamente deshabitados (territorialización) y la anexión de territorios ocupados por otras comunidades (desterritorialización).
EL DESARROLLO DEL PROCESO
Al iniciarse la república, el Estado no tenia real presencia mas allá de Concepción. La situación de autonomía que tenía el pueblo mapuche en la zona sur, así como la compleja geografía de la zona austral, había dificultado el control desde la Colonia. De esta manera, se requerían acciones especificas por parte del Estado, ya fuera el empleo de la fuerza militar, la fundación de ciudades, la construcción de fuertes o la ocupación de los territorios en cuestión. El proceso tuvo las siguientes etapas:
Ocupación de Chiloé. Al finalizar la independencia, las tropas realistas se refugiaron en este archipiélago, lo que generó un riesgo para la estabilidad del país. En 1826 se firmó el Tratado de Tantauco, en el que España reconoció su derrota y devolvió la soberanía de este territorio al Estado chileno.
Ocupación de Magallanes. Esta zona era considerada estratégica, pues en ella se ubicaba el único paso marítimo entre el Atlántico y el Pacifico, razón por la cual el interés no era solo político, sino también económico. Su ocupación se concretó en 1843 durante el gobierno de de Manuel Bulnes, quien ordenó realizar una expedición y la fundación de un fuerte. En 1849 se fundó la ciudad de Punta Arenas como puerto libre de aduanas, con el fin de estimular el comercio marítimo de la zona.
Colonización en Llanquihue. El territorio ubicado al sur del rio Tolten, compuesto de extensas selvas, era habitado por comunidades wiliche y chilenas en Osorno y Valdivia. Con el afán de consolidar la soberanía política e iniciar la explotación agrícola de dicho territorio, se promovió la inmigración selectiva de colonos extranjeros. Por ejemplo, para fomentar el crecimiento económico, se pedía que tuvieran solvencia económica. Por ello, el gobierno asignó como agentes de colonización a Bernardo Phillippi y a Vicente Pérez Rosales para que reclutaran colonos alemanes.
INMIGRANTES ALEMANES EN EL SUR DE CHILE
Las consecuencias de la inmigración Europea:
Si bien la inmigración europea permitió dinamizar la economía y asegurar la soberanía, muchos autores también resaltan que los colonos europeos se instalaron en zonas tradicionalmente habitadas por pueblos originarios, lo que trajo consigo la pérdida de gran parte de sus tierras y de su identidad cultural.
EL APORTE DE LOS INMIGRANTES.
Aunque el Estado auspició la llegada de muchos de los colonos extranjeros, también existió una inmigración espontanea que trajo consigo capital, conocimientos y espíritu emprendedor, lo que favoreció el desarrollo de la industria, comercio, agricultura y minería, entre otras consecuencias. También se produjo el choque con los pueblos originarios por las tierras, enfrentamientos locales e intervención militar. Las principales colonias europeas fueron:
- Alemanes. Fue la única promovida por el Estado y se estima que desde entonces, y hasta comienzos del siglo XX, inmigraron entre 30.000 y 40.000 alemanes que se distribuyeron en las zonas de Los Lagos, La Araucanía, Punta Arenas y Santiago. Esta colonia se destacó por su impulso empresarial especialmente en el rubro de las cervezas, la agricultura y la ganadería. Su presencia se percibe hasta hoy y, según la Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria, actualmente 500.000 chilenos son descendientes de alemanes.
Cervecería Kunstmann en Valdivia
El Kuchen en Chile fue introducido por los colonos alemanes, convirtiéndose en una tradición muy arraigada.
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Puerto Varas
Castillo Wulff. Viña del Mar
Si quieres saber más acerca de esta colonia en Chile, presiona el link
- Británicos: Se concentraron principalmente en zonas dedicadas al comercio como Valparaiso y Santiago, donde su mentalidad empresarial les llevó a destacarse, y en algunos casos, generar fortunas. En general mantuvieron sus tradiciones e introdujeron algunas de ellas, como el fútbol, a la vida nacional. Mas tarde, su presencia se hizo fuerte en el norte con la industria salitrera. Según el censo de 1854, en Chile vivían 2.000 británicos. Se estima que, actualmente, alrededor de 700.000 chilenos descienden de británicos.
Bernardo O'Higgins. Libertador chileno de padre irlandés
Casas en Valparaiso de origen victoriano
Edificio del Mercurio en Valparaiso
Italianos y Croatas: Los croatas llegaron a mediados del siglo XIX y se ubicaron principalmente en Magallanes. A comienzos del siglo XX se calculaban en 10.000 personas. Por otro lado, la inmigración italiana se desarrolló fundamentalmente a fines del siglo XIX, alcanzando un número de 12.342 en 1920. Se ubicaron principalmente en
Valparaiso y Santiago, y se dedicaron en lo fundamental al comercio y la industria.
Empresas chilenas de golosinas y alimentos, fundadas por inmigrantes italianos
Mausoleo croata en Punta arenas.
Publicidad de un barco croata del siglo XIX
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