ZEUS
Hijo menor de los titanes Cronos y Rea. Su madre lo mantuvo oculto desde el momento que Cronos supo mediante una profecía que uno de sus hijos sustituiría como gobernador del mundo. De adulto, Zeus obligó a regurgitar a los otros hijos que se había tragado. Posteriormente, lideró una revuelta contra los titanes, los cuales fueron desterrados al Tártaro más allá de las profundidades del inframundo. Zeus y sus dos hermanos se repartieron las distintas partes del mundo echándolo a suertes. A Zeus le correspondieron los cielos y el dominio supremo sobre todos los dioses y la humanidad.
Zeus siempre fue considerado como un dios atmosférico, responsable de rayos, truenos, lluvias y tormentas. Más adelante se le asoció a la justicia y a la ley. Podía adquirir la forma de cualquier objeto o ser vivo y utilizaba esta capacidad en el arte de la seducción. Si bien tomó a su hermana Hera como esposa, no por ello dejó de seducir a muchas otras diosas y mujeres mortales, engendrando numerosos hijos notables en la mitología griega. Abundaban las estatuas en honor a Zeus. La más grandiosa de ellas fue la colosal estatua de Zeus en Olimpia, considerada una de las siete maravillas del Mundo Antiguo. Originalmente los Juegos Olímpicos se celebraban en su honor.
Tercer hijo de Cronos y hermano de Zeus y de Hades. Le correspondió el poder sobre los mares. También era conocido como el dios de los terremotos y los caballos. Los símbolos que con mayor frecuencia se asocian a Poseidón son el tridente y el delfín. Los marineros contaban con él para que los vientos fueran favorables y el viaje seguro, pero su humor era impredecible. A pesar de los sacrificios, entre los que se incluían caballos ahogados, Poseidón era capaz de provocar tormentas, vientos desfavorables y terremotos a su antojo. Al igual que Zeus, proyectaba su poder y masculinidad hacia las mujeres, con las que engendró numeros hijos.
En una famosa disputa que tuvo lugar entre él y Atenea por el patrocinio de Atenas, Poseidón clavó un arpón en el suelo e hizo brotar el manantial de la Acrópolis. No obstante, Atenea le ganó al crear el olivo. A menudo utilizaba el agua y los terremotos para exigir venganza, aunque también podía ser cooperativo. Ayudó enormemente a los griegos en la guerra de Troya, aunque también dedicó años a vengarse Ulises por haber dañado a uno de los cíclopes, sus hijos (Polifemo).
HADES
A Hades, el hermano de Zeus, le correspondió el inframundo, donde gobernó una vez que los titanes fueron derrocados y recluidos en el Tártaro. Raptó a Perséfone (hija de Hera), con la que compartió el poder en el inframundo. A pesar de que se vio obligado a liberar a Perséfone, finalmente consiguió engañarla y obligarla a pemanecer junto a él. Hades sentaba sobre un trono de ébano y llevaba un casco que lo hacía invisible. Desde allí gobernaba a los muertos y aceptaba a los recién llegados de arriba. Hermes acompañaba a las almas de los muertos hasta el río Estigio para que Caronte, el varquero, las llevara hasta la otra orilla. Cerbero, el perro guardián de tres cabezas, se encargaba de frustrar cualquier intento de huida. La mayoría de las almas se quedaban en las llanuras vacías de los asfódelos. Sólo un reducido y afortunado grupo de almas excepcionalmente meritorias iban a los Campos Elíseos o Islas de los Bienaventurados. Los menos afortunados eran sentenciados a un martirio eterno en las profundidades del Tártaro. Ocasionalmente, Hades permitía que entraran mortales vivos en el Inframundo para cumplir alguna misión, como Ulises y luego los dejaba marchar. Otras veces, aunque muy raramente, liberaba almas para que volvieran con los vivos. Era el más rico de los dioses y poseía total la riqueza mineral de la Tierra.
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