Cuando Italia se unió a la guerra, la marina italiana y la austro-húngara se enfrentaron en el mar adriático sin que hubiera un vencedor. La marina italiana era superior en número y calidad, pero los puertos de Albania y Dalmacia estaban mejor fortificados y eran más faciles de defender.
Ambos rivales centraron sus estragias en las batallas de torpederos y cañoneros rápidos. Con mucha movilidad y capaces de amenazar cualquier navío que intentara abandonar el puerto, estas tácticas de incursiones causaron mucho daño.
Italia desarrolló el MAS, un barco de motor antisubmarinos. Hecho de triplay y útil únicamente en aguas tranquilas, podía ser más rápido que cualquier buque de guerra y estaba equipado con cargas de profundidad, torpedos y minas. Los submarinos acosaban a los barcos de vapor desprevenidos y a los hidroplano, y los torpederos acosaban a los submarinos.
BOTE TORPEDERO M.A.S
Se les adjudicaba el hundimiento del enorme acorazado austrohúngaro SMS Szent István. Estos rápidos torpederos italianos contaban con motores de avión adaptados que les daban gran velocidad. Eran vulnerables a los ataques por aire, pero estaban armados con algunas ametralladoras como mínima protección.
Un David y Goliat de la vida real
En el adriático, colaboraban con los aviones y muchas veces fueron estos cañoneros los que heredaron la tarea principal de los destructores o incluso de los buques de guerra: acompañar a los convoyes a la costa y apoyar a la infantería con artillería naval.
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