sábado, 8 de mayo de 2021

PELEA EN LA CIMA DE EUROPA: LA GUERRA ALPINA














La guerra en la montaña entre Italia y el Imperio austrohúngaro se peleó en las altitudes extremas de los Alpes y las Dolomitas. Casi el 80% del frente corría a lo largo de las rocosas laderas y empinadas barrancos de la montaña cubiertas por 12 metros de nieve. 

Las mulas subían la munición y suministros por estrechos caminos en la montaña, y los cañones y lanzaproyectiles eran elevados por los empinados barrancos con grúas y cuerdas. Los dos ejércitos construyeron caminos, carros de cable y puestos de almacenamiento para proveer las zonas de combate a casi 2 km sobre el nivel del mar. Las barrancas y fortificaciones no solo protegían a los soldados, también los resguardaban de las temperaturas congelantes y los vientos helados. 

El terreno favorecía a los defensores y, aunque superados en número, pudieron resistirse a los enemigos que no podían avanzar rápidamente por los pasos empinados. Los tiradores de élite apuntaban hacia el lento avance desde posiciones de roca y escombros creados por las balas y las bombas causaban un daño terrible y los defensores pudieron iniciar avalanchas y deslaves para barrer el avance enemigo.

Los dos bandos desplegaron rápidamente la especializada infantería de montaña. Los Alpini y los Gebirgsjäger austriacos estaban equipados con esquís, equipo para escalar y ropa resistencia al clima para pelear en el terreno montañoso y poder soportar el clima extremo de las glaciares.

LA ARMADURA FARINA

La artillería en la región montañosa del frente italiano causaba lluvias de fragmentos de roca caliza que causó que los italianos adaptaran el casco Adrián francés. El casco Farina, mucho más pesado, era asgnado a los ingenieros de asalto Italianos, caballeros medievales en la primera guerra moderna.

Los italianos desarrollaron más escudos blindados y armaduras que la mayoría de las otras naciones en conflicto.

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