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LA GRAN GUERRA
El frente italiano se caracterizaba por ser montañoso. El balance de heridos respecto a los muertos fue mayor ahí que en otros frentes, porque las balas extraviadas astillaban las rocas creando proyectiles mortales que eran particularmente peligrosos para los ojos y la cara.
EJÉRCITO REINO DE ITALIA
El Real Ejército Italiano (en italiano: Regio Esercito ; en inglés: Royal Army ) era la fuerza armada del Reino de Italia . Se formó por primera vez en 1861 después de la unificación de Italia y luchó en las dos guerras mundiales. Fue reformado al ejército italiano en 1946.
Regia Aeronautica. eran una rama del Real Ejército Italiano responsable de las operaciones aéreas y el apoyo.
Regia Marina era una rama del Real Ejército Italiano responsable de las operaciones navales. Entre sus momentos protagonicos se cuenta la lucha en el Mar Mediterraneo.
Los Arditi Italianos. ("los atrevidos") se reclutaban de entre los soldados del ejército italiano más valientes y fuertes para convertirse en tropas de asalto de élite. Recibían entrenamiento en combate cuerpo a cuerpo y en técnicas de asalto en espacio cerrados. Su misión era seguir de cerca el bombardeo de artillería y entonces enfrentarse brutalmente al enemigo, ya fuera atacando las trincheras o derramando cuanta sangre pudieran en preparación para el ataque principal.
Fieles a su lema, "O la vittoria, o tutti accoppati" ("o ganamos o todos morimos"), los Arditi eran el grupo más temido y agresivo.
HISTORIA DE ITALIA
Inmediatamente después de la muerte de Teodorico en 526, la península volvió a hundirse en el desconcierto, posibilitando ahora la invasión bizantina, la cual fue liderada por el general Flavio Belisario en el año 535. Sin embargo, el nuevo gobierno bizantino había sido prácticamente relevado ya para el 572, cuando la península fue invadida por los lombardos, otra tribu germánica. Es por esto que se reconoce como italianos a los descendientes de ambos grupos, los pueblos latinos y estas tribus germánicas.
Los siglos posteriores fueron testigos de la aparición de diversas ciudades-estado a lo largo de Italia. Se trataba de entidades independientes cuyo gobierno, por lo general, no tenía influencia más allá de la propia ciudad y algún poblado circundante. En el norte de Italia, y propiciado por la caída del Sacro Imperio Romano Germánico de Carlomagno a manos de los lombardos, se crearon varias ciudades-estado, incluyendo Génova, Milán, Florencia y Venecia como respuesta a un largo período de inestabilidad.
Otón II rey de Alemania e Italia (961–983) y emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico
A la Italia central le fue un poco mejor bajo el Papado en Roma, pero cuando el Papa coronó al germano Otón II como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 962, tanto el norte como el centro de Italia se vieron envueltos en los intrincados asuntos de las ciudades-estado germánicas. Por otra parte, la zona meridional continuaba bajo el control de los lombardos y los bizantinos, y siguió así hasta bien entrado el siglo XI, cuando los normandos invadieron la región y fundaron el Reino de Sicilia.
Durante la Edad Media, los ejércitos italianos generalmente se componían y eran dirigidos por condotieros, mercenarios profesionales cuya lealtad consagraban al mejor postor. Los conflictos interestatales normalmente ayudaban a mantener el statu quo de las ciudades-estado. Las guerras italianas del siglo XVI (durante el Renacimiento) llevaron al súmmum de estos conflictos interestatales, cuya consecuencia última fue el debilitamiento de sus ciudades-estado.
Repúblicas marineras italianas Edad Media
En términos de capacidad combativa, los barcos italianos se encontraban entre los mejores de Europa. Su ubicación geográfica hacía del control del Mediterráneo un asunto de vital importancia para el comercio y la cultura. Venecia y Génova (dos de las repúblicas marineras) basaron en su poderío naval la creación de notables imperios marítimos que competían contra otros estados europeos y el Imperio Otomano.
La Italia medieval era una apasionante amalgama de antigua arquitectura romana, supremacía religiosa y rebelión artística. Italia central, manejada por la Iglesia, tenía una influencia predominante en los asuntos religiosos y políticos del Cristianismo europeo. Italia del norte, más particularmente Florencia, fue la cuna del Renacimiento, un período de grandes avances en las artes clásicas, la música y las ciencias. El florentino Leonardo da Vinci fue una de las principales figuras de esta época, creando magníficas obras de arte y proyectando su genio inventivo más allá de las capacidades tecnológicas de su tiempo.
Pero las constantes disputas que las ciudades-estado italianas mantenían entre sí las dejaban vulnerables frente a las pretensiones políticas extranjeras. Las vecinas Francia, España y Austria demostraron gran interés por interferir en los asuntos italianos. No sería hasta el año 1861 cuando, gracias al liderazgo de Giuseppe Garibaldi y Victor Manuel II de Saboya, Italia fue unificada (en un movimiento conocido como Risorgimento), dándole forma al país que conocemos hoy en día.
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