jueves, 29 de abril de 2021

Castillos en el frente occidental: hogar o infierno

Durante la Primera Guerra Mundial, como sucedió con tantos otros castillos y palacios franceses, Gaston Menier instaló en el castillo de Chenonceau un hospital militar,1​ en el que recibieron cuidados médicos un total de 2.254 soldados heridos en combate.

Los chateaux de Francia eran los hogares tradicionales de la nobleza. Algunos parecían villas y otros, más bien castillos. Durante la guerra, muchos de estos cayeron en manos de los alemanes, donde a menudo, albergaban a generales y miembros de alto mando.

Oficiales enemigos de alto rango y pilotos ases capturados, que disfrutaban de los privilegios de su rango y título, eran alojados en estos salubres lugares de retiro. 

Sin embargo, según iba avanzando la guerra y los frentes  aumentaban, muchos de ellos se convirtieron rápidamente en escenarios de batallas crueles. En 1918, muchos de ellos estaban en ruinas, casi igual que la vieja aristocracia.

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