Más de 100.000 palomas sirvieron en la guerra llevando mensajes entre las líneas del frente y los centros de comando. Su habilidad para alcanzar grandes alturas a gran velocidad combinada con su instinto de navegación natural las volvió imprescindibles en el esfuerzo de guerra. Las líneas de comunicación podían romperse, las líneas telefónicas cortarse o enterrarse y las señales de luz y banderas usualmente resultaban inadecuadas. Pero las palomas, por otro lado, eran difíciles de derribar hasta para los mejores francotiradores. También se enviaban desde aviones y tanques, y resultaron vitales para las comunicaciones de emergencia, teniendo un promedio de éxito de más del 90%. Fueron tan importante que en Gran Bretaña el dispararle a una paloma mensajera era castigafo con 6 meses de cárcel.
Una paloma famosa era Cher Ami, una paloma azulada que fue enviada por soldados estadounidenses atrapados del "Batallon perdido". Atrapados detrás de líneas enemigas, no solo estaban rodeados de soldados enemigos, también su propia artillería comenzó a dispararles. Al no tener radios, mandaron a Cher Ami con un mensaje corto: "Estamos a lo largo del camino paralelo a 276.4. Nuestra propia artillería nos está bombardeando directamente. Por el amor de dios, deténganse." El ave voló 25 millas (40 km) al cuartel de la división en la retaguardia en menos de 25 minutos. Llegó sangrando del pecho, con una pata rota y ciega de un ojo, pero el mensaje fue entregado y el Batallón Perdido fue salvado.
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