martes, 30 de marzo de 2021

CAZADORES DE TANQUES

Desde que los primeros tanques se descompusieron en la batalla de Somme en 1916, los ingenieros alemanes habían examinado de cerca las nuevas máquinas de guerra de su enemigo. Después de la batalla de Cambrai, en 1917, el ejército alemán tenía muchísimos tanques Mark IV británicos descompuestos, aunque solo con daños menores, que pretendían usar contra sus antiguos dueños.

Remolcaban el "Beute-Mark IV" y lo llevaban a los talleres, donde los ingenieros entonces cambiarían las armas del tanque por los calibres alemanes, a veces incluso cambiando la versión hembra del tanque por rifles antitanque con balas de 13mm

Talleres de tanques alemanes


Capturar los tanques enemigos fue más viable para el ejército alemán que construir su caro y fragil A7V. Para el verano de 1918, más de 300 tanques abandonados y dañados se recuperaron de territorio alemán y se llevaron cerca del pueblo belga de Charleroi para que los repararan y remodelaran. 

Los ingenieros alemanes de la BAKP 20, los obreros automovilísticos del ejército bávaro, habían transformado una antigua fábrica de locomotoras en un enorme taller de tanques. Todos sus tanques capturados, los "Beutepanzer", iban ahí y los ingenieros no solo los reparaban, sino también revisaban los interiores y los equipaban con los dispositivos de comunicación alemanes estándar, equipamiento óptico y municiones. 

Las armas debían convertirse a los calibres de la artillería alemana, usualmente cañones para tanques de 57mm, que se usaban para equipar de nuevo la versión "macho" del Mark IV.

Beutepanzers

Un Beutepanzer Mk IV británico durante WW1

Los destacamentos de tanques alemanes usaban tanques franceses y británicos capturados en combinación con una avanzada de infantería. Se usaban principalmente en labores de apoyo por sus bajos números, y se les encargó atraer la atención de las defensas enemigas. 

Pero, sin la capacidad de reparios o reabastecimiento con eficacia en el campo, si el "Beutepanzer" era detenido o inhabilitado, su tripulación lo abandonaba. El uso de tanques lentos y grandes nunca fue popular entre el alto mando alemán, ya que hiba en contra de sus tácticas de ataques rápidos y agresivos.


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