Grigori Rasputín (1864-1916)
En 1903 logró atraer la atención de la zarina Alejandra en San Petersburgo. Ansiosa por hallar una cura para Alexei, el heredero real, que padecía hemofilia, Alejandra recurrió a los supuestos poderes milagrosos de Rasputín, quien logró detener un sangrado. Después de este éxito, se convirtió en el médico oficial de Alexei y pronto ascendió en la escala social hasta ver extendida su influencia por toda la corte real. Formó un círculo político propio y tenía sus favoritos. Incluso advirtió al Zar que Rusia no debía inmiscuirse en la guerra o la dinastía desaparecería inevitablemente.
Rasputín con sus admiradoras en 1914.
Rasputín en 1910
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